Por qué el agua ha sido un factor determinante en nuestra historia evolutiva.
EN SÍNTESIS
A lo largo de la evolución, hemos experimentado varios cambios anatómicos y fisiológicos que nos permiten regular mejor la temperatura corporal, pero nos hacen más vulnerables a la deshidratación.
Eso provoca que dependamos más del agua que otros mamíferos, y hemos desarrollado diversas estrategias para obtenerla, entre las que destaca nuestra flexibilidad alimentaria.
Con todo, la ingesta de agua varía mucho de una persona a otra. Es posible que algunas experiencias tempranas durante el desarrollo fetal y la lactancia determinen nuestras necesidades de agua.
Avanzábamos a paso lento por la Amazonia boliviana, bañados en sudor. Cubiertos de la cabeza a los pies por trajes protectores contra insectos, íbamos un paso por delante de las nubes de mosquitos mientras esquivábamos raíces, lianas y hormigas gigantes. Mi ayudante de investigación local, Dino Nate, mi pareja, Kelly Rosinger, y yo seguíamos a Julio, uno de mis amigos chimanes y nuestro guía en esa ocasión. Los chimanes son una etnia de recolectores-horticultores que habita esa región calurosa y húmeda. Detrás de nosotros, el hijo de tres años de Julio se movía alegremente por la selva, ajeno al bochorno y a los insectos pese a no llevar ropa protectora, lo que ponía en evidencia mis sudorosos esfuerzos.
Nos detuvimos frente a lo que parecía un arbolillo, pero resultó ser un enorme bejuco. Julio nos contó que los chimanes recurren a esas plantas trepadoras cuando necesitan agua en la selva virgen. Comenzó a machetearlo en todas direcciones, haciendo saltar la corteza con cada golpe, y en menos de dos minutos había cortado un trozo de un metro de largo del que comenzó a brotar agua. Lo sostuvo sobre su boca y bebió durante unos segundos para calmar su sed, antes de pasármelo. Recogí un poco de agua con mi cantimplora. Sabía muy bien: ligera, con un punto terroso, casi carbonatada.
Como parte de mi trabajo de campo, les estaba preguntando a Julio y a otros chimanes cómo obtenían agua potable en distintos lugares: en sus casas, en los campos, en el río o en la selva. Julio me explicó que solo se usan dos tipos de bejucos para beber: los demás no sirven o son tóxicos. Pero cuando me señaló las otras especies, me resultó casi imposible diferenciarlas. Así pues, las plantas trepadoras constituyen una fuente de agua oculta, y las observaciones de Julio plantean una cuestión fundamental sobre la adaptación de los seres humanos: ¿cómo determinó nuestra historia evolutiva las estrategias que empleamos para satisfacer nuestra necesidad de agua, en especial en lugares sin acceso directo al agua potable?
Fuente: https://www.investigacionyciencia.es/revistas/investigacion-y-ciencia/qu-es-una-partcula-840/la-sed-humana-20213
Deja tu comentario
Debe iniciar sesión para escribir un comentario.