La araña Acanthoscurria juruenicola, una especie nativa de la zona del Amazonas en Brasil, fue descrita por vez primera hace unos cien años. Pero solo ahora su veneno ha podido ser analizado a fondo. Únicamente la tecnología más reciente es lo bastante sensible para identificar todas las toxinas que las arañas de esa especie producen. El análisis ha traído sorpresas.
Los autores del análisis han descubierto que algunas de las toxinas identificadas tienen aplicaciones potenciales como ingredientes activos de nuevos fármacos e insecticidas.
El trabajo es obra del equipo internacional de Erika Nishiduka y Alexandre Tashima, ambos de la Universidad Federal de Sao Paulo (UNIFESP) en Brasil.
Los investigadores identificaron 92 proteínas en el veneno de la araña. De ellas, 14 eran péptidos ricos en cisteína, comunes en las toxinas de araña y con efectos bien conocidos sobre los canales iónicos y contra las bacterias.
Los canales iónicos son proteínas que permiten el paso de partículas cargadas eléctricamente (iones) de un lado a otro de la membrana celular, como parte del proceso responsable de la conducción de señales eléctricas hacia y desde el cerebro y el corazón. A menudo se investigan como dianas terapéuticas y posibles agentes analgésicos.
Los investigadores utilizaron varias técnicas avanzadas para analizar el veneno de la araña Acanthoscurria juruenicola. (Foto: Alexandre K. Tashima / EPM-UNIFESP)
Solo 3 de los 14 péptidos ricos en cisteína se conocían de otras arañas pertenecientes al mismo género (Acanthoscurria). Algunas de las sustancias podrían convertirse en principios activos de fármacos e insecticidas biológicos. Sobre esto último, ya existe un ejemplo claro: en Australia, la demanda de sustancias químicas para proteger los cultivos agrícolas sin afectar a los insectos polinizadores ni a otros animales que no son una amenaza para la agricultura, ha conducido al suministro de un insecticida biológico derivado de toxinas de araña.
El nuevo estudio se titula “Multiomics Profiling of Toxins in the Venom of the Amazonian Spider Acanthoscurria juruenicola”. Y se ha publicado en la revista académica Journal of Proteome Research. (Fuente: NCYT de Amazings)